Microrrelatos – Myriam G.
El Método
La incredulidad se tornó en profunda repulsión cuando lady Mary, impertérrita, confesó lo que había hecho a su hijo, el pequeño Edward. Y el horror fue manifiesto cuando, con apabullante aplomo, declaró sus intenciones “patrióticas” de experimentar con otros niños. Era evidente que había perdido el juicio y todo sentido de la moral. Pero nadie consiguió disuadirla ni, en última instancia, detenerla... afortunadamente. Porque su método, perfeccionado y menos truculento (¡ya nadie abre las venas a nadie para untarlas con pus de viruela!), se difundió salvando vidas por toda Europa. Hasta hoy.
Destino
Erguida y orgullosa, de blanco impoluto, espera impaciente su momento. Aún intuyendo el dolor, desea su primera vez. Porque ésa es su razón de ser. Porque sabe que será mucho más fácil después, a pesar de saber también que, a partir de ahí, se irá consumiendo mucho más rápido.
Cuando por fin la toca, una lágrima ardiente se le escapa resbalando por su cuerpo. Y con un estremecimiento final, sabedora de estar cumpliendo con su destino, ilumina, trémula y feliz, la estancia.
Aforismos – Myriam G.
Las vacunas nacen del mal de muchos para ser la cura de
todos.
En un tic puede pasar un segundo, o toda una vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario